Capítulo Uno: Recién Graduada

¡Primer capítulo de la novela! Como lo han decidido en la encuesta que hice en mis Instagram Stories ;) ¡Disfruten!

KATHERINE

Dicen que uno siente nervios y una emoción desenfrenada conteniéndose en su fuero interno cuando se gradúa de la universidad.

En mi caso, no lo era tanto. Es decir, sí me temblaban las piernas y agradecía a la toga el que me cubriera la reacción esa de perro chihuahua, pero más que emocionada, me sentía rara.

¿Por qué? Porque era la menor de todos los que se graduaban en esa ceremonia, al haberme adelantado un año de cursos.

Treinta de los graduandos ya habían pasado por el rector Sanders, de la Universidad de Nueva York, a recoger sus diplomas y a darle la vuelta a la borla del birrete, cuando finalmente llegó mi turno.

-Katherine Wilson. Literatura Inglesa – anunció el rector.

Mientras me acercaba a recoger el diploma, pude ver a mis padres, sentados en primera fila y de pie mientras me aplaudían con una sonrisa de oreja a oreja.

Graduarse con honores tiene sus ventajas, podría decirse, aunque no del tipo social.

A los ojos de todos en la NYU, Katherine Wilson no era nada más que la chica solitaria, enemiga de las fiestas escandalosas, la preferida de los profesores y fanática a morir de Jane Austen.

No me importaba lo que dijeran o pensaran, de todos modos. Al menos ya sabía qué iba a ser de mí después de ese día, no como los demás que estaban posando a mi alrededor para una foto grupal.

Para cuando la ceremonia terminó, el patio principal del campus estaba repleto de familias que felicitaban a los chicos por conseguir ese dichoso papel que los salvaba de ser don nadie.

Encontré a mis padres cerca de la bastante larga mesa de buffet que habían instalado en uno de los lados del patio.

-Allí está mi princesa - mi padre corrió hacia mí y me abrazó hasta casi asfixiarme -. ¡Felicidades!

No era la primera de la familia en graduarme de la universidad, estaba más que claro, pero sí era la primera que lograba aquello en tiempo récord y con honores, todo en uno.

Cuando finalmente quedé libre, recibí un enorme ramillete de rosas rosadas (mis favoritas) de parte de mi madre, quien aprovechó para también abrazarme y bañarme en besos como si no hubiese un mañana.

-De acuerdo, suficiente cariño - dije, entre risas.

Mis padres rieron en complicidad: sabían que, muy en el fondo, nunca me cansaba de recibir sus algo exageradas muestras de afecto.

-Disculpen, ¿señores? - un fotógrafo se nos acercó y nos pidió posar para una foto familiar.

Lo hicimos, y después de dos minutos, las fotos ya estaban listas.

-Bueno - dijo mi padre -, creo que ya es hora de ir al hotel. Tenemos que descansar bien para llegar a tiempo al aeropuerto.

-Si tú lo dices - respondí, complaciente.

Nos dirigimos a mi dormitorio en la residencia de estudiantes para recoger mis maletas y el resto de mis pertenencias; por fin me había quitado la pesada toga, y dejaba ver mi vestido verde oscuro con falda hasta la rodilla.

Mientras recogíamos las cajas, me fijé en que mi lado de la habitación estaba quedando completamente vacío; Jen, mi mejor amiga -por no decir, la única, junto con su novio Joey- y compañera de cuarto, no se graduaría hasta el año entrante, y ya nos habíamos dicho adiós el último día de clases antes de que ella y Joey partieran a Europa.

Cuando terminamos, la habitación quedó prácticamente como la encontré cuando llegué por primera vez: llena de los carteles de lucha feminista de Jen, y vacío por el otro lado.

- ¿Cuándo sale el vuelo? – pregunté mientras andaba a paso ligero junto a mis padres.

-Estaremos de vuelta en Indiana mañana por la tarde- respondió mi madre - ¿Cuándo empiezas tu nuevo trabajo en la escuela?

Se refería al trabajo que me habían ofrecido dos semanas antes de graduarme: sería la nueva profesora de literatura en nada más ni nada menos que mi antigua escuela: la preparatoria Hawkins.

La Jane Austen aspirante por fin escapaba del escándalo de las fiestas y el barullo de Nueva York para regresar a su pueblo natal de Indiana como una simple profesora.

"¡Viva!", celebraba mi subconsciente con sarcasmo.

La verdad es que me sorprendió muchísimo que el director Spencer me llamara para ocupar el puesto de la recientemente jubilada señora Andrews; lo más obvio era que llamaran a alguien con mucha más experiencia que yo, pero el director había quedado encantado con mi graduación antes de lo normal y con los logros que había obtenido en mi época de estudiante; comprobé que ese ensayo académico leído ante un jurado difícil de la carrera no había pasado desapercibido fuera de la universidad.

Además, si quería convertirme en escritora antes de llegar a los veinticinco años, necesitaba algo de ambiente para enfocarme en mi trabajo, además de un sueldo estable. Con esa oferta laboral, ya tenía al menos un par de años asegurados.

Eso sí, no atesoraba los mejores recuerdos de ese lugar: no hablaba con casi nadie en clases, salvo por las veces en las que me pedían las tareas, y hasta salí en el anuario como la "más probable a casarse con un bibliotecario ".

Aun así, estaba segura de que aquella sería una nueva oportunidad de congeniar con el lugar: si no pude lograrlo como estudiante, lo lograría como profesora.

-En dos semanas-respondí-. Será mejor que me prepare duro. No quiero que esos niños huelan mi miedo el primer día.

-Lo harás bien, estoy seguro- añadió mi padre, siempre positivo-. Como siempre.

-Eso espero. Eso espero.

Y ya sin hablar, nos dirigimos al auto, guardamos mis cosas, y salimos a buscar algún tipo de celebración.

¡Y este fue el primer capítulo!

Para ser honesta, sigo un poco depre, pero superándolo poco a poco, como debe ser y tratando de verle el lado postivo: puede ser una oportunidad de repensar la novela y mejorarla en varias cosas :)

De todos modos: ¡AQUÍ ESTÁ!

Espero que les haya gustado, y si quieren que publique el segundo capítulo, ¿lo quieren pero ya o para la próxima semana?

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¡Mil gracias por pasarse por aquí, y nos leeremos en una próxima oportunidad!

¡Besos!

Clauu 😘