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Cuando los pañuelos y las medicinas son tus mejores amigos

Actualizado: 25 abr 2020

Después de casi dos semanas de ausencia, llegamos a un viernes de Miscelánea.

Como varios pidieron, hablaré un poco de lo que ha sido el resfrío que me mantuvo en cuarentena por poco más de una semana, lo que hace de este post un #StoryTime!

¿Listos? Acomódense y agarren un bocadillo, que ahora les contaré todo ;)

La verdad es que estoy casi segura de que hay dos posibles culpables: las ventanas demasiado abiertas, o ese violento ventilador que provocaba tornados nivel fin del mundo en el baño, ambos bien plantados en el gimnasio.


Yo siempre he sido de enfermarme con algo de facilidad: desde el colegio, tenían que abrigarme con esos horrorosos polos de cuello largo para cuando llegaba el invierno (razón por las que detesto las chompas de ese estilo) para que ningún virus se atreviera a cruzar mis límites hacia

E incluso me prohibían comer o beber cosas heladas en esa estación.

Pensarán: "Pero, Clau, los helados no provocan resfriados". Claro que no, pero podían irritar mi garganta hasta el punto de tener que usar lápiz y papel para participar en clase.


No se puede negar que las corrientes de aire pueden ser letales para uno, en especial si es que acaba de practicar ejercicios: el cuerpo está con las defensas bajas y es más propenso a contraer distintas enfermedades.


Bueno, aparentemente no consideré ese detalle un tranquilo lunes por la mañana, cuando estaba en plena rutina: me encontraba realizando mis ejercicios de extensión de pierna, cuando sentí que una fuerte ráfaga de aire me hacía sentir en la Antártida.

No voy a mentir: no le tomé importancia en ese momento porque estaba demasiado concentrada en acabar lo mío, y porque me sentía demasiado acalorada.


Ahora, lo fatal ocurrió cuando terminé la rutina y me dirigí al baño para ducharme y cambiarme: mientras me arreglaba frente a los espejos, un ventilador nivel ciclón comenzó a descargar toda su furia conmigo, como si yo fuera la culpable de la hambruna mundial o algo así.

Sea como sea, terminé de lavarme, regresé a mi casa con el tiempo justo para iniciar el horario de trabajo a las 9 am: encendí la laptop, revisé correos, atendí asuntillos pendientes, y cuando parecía que todo iba normal...


¡¡¡¡AAAAACHUUUUUUU!!!!

Llegó el primer estornudo de cuatro seguidos.


Claro, en realidad es común para mi organismo que eso pase cuando hay cambios de clima, y no suele llegar a resfriados.


Lo malo de veras se dio cuando me di cuenta de que tenía la nariz tapada y frecuentes ganas de estornudar en la noche.


Nuevamente, tan terca yo, no le tomé importancia.


Hasta que desperté al día siguiente con la nariz todavía más tapada y con las ganas de estornudar del enano del mismo nombre de Blancanieves.


Como era de esperarse, no pude ir al gimnasio por una semana y un día, lo que provocó quizás que mis esfuerzos por bajar de peso no rindieran tan bien.

Aunque sí seguí con el balance correcto de comidas y bebí muchísima agua no solo por mi alimentación, sino para que el resfrío se fuera más rápido.


Aunque lo malo sí fue que no conseguí fácilmente los medicamentos que usualmente tomo para recuperarme. Uno lo daban con receta médica (de la cual antes podía prescindir para obtenerla), y el otro estaba agotado en todas las farmacias.


Mis padres tuvieron que apoyarme en ese sentido, ya que no podía salir tan seguido de la casa por la causa de mi linda voz nasal y los estornudos de muerte.


Pasó la semana, y aquí estoy, por fin totalmente recuperada, y con fe de que no me vuelva a resfriar hasta por lo menos Fiestas Patrias.


Me estoy cuidando para lograrlo: aunque ahora vivo paranoica en el gimnasio, porque reviso las ventanas y ventiladores antes de siquiera acercarme a una máquina.


¿Qué me dicen ustedes? ¿Alguna vez se han resfriado por algo parecido? ¿Cuál fue su peor resfriado? Cuéntenmelo en los comentarios para hacer de este #StoryTime más interesante.


¡Y esto fue todo por el post de hoy!


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Mil gracias por pasarse por aquí, y nos leeremos mañana en Cine.


¡Besos!


Clauu 😘

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