"La huida de Romeo y Julieta"
- Clau Angeles
- 17 dic 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 27 ene 2022
El post del día de hoy quizás resulte algo deprimente, o quizás llegue al punto de dar ganas de cortar las venas y llorar sin consuelo.
Así es: tal como lo leen en el título, hoy en Mundos Imaginarios, hablaremos de las historias de amor, pero no de cualquier tipo, sino de esos amores prohibidos y hasta trágicos, y de cómo estas pueden ayudar a despertar la imaginación.
CONSEJO: ALGUNOS SPOILERS SI NO LEYERON LAS OBRAS

Como ya sabrán, no soy una gran fan de las historias de amor, en especial de aquellas que terminan con un "felices por siempre", porque vamos, es lo típico.
Sin embargo, si puedo citar algunas novelas románticas que son de mi agrado, que si bien pueden tener diferentes características como ambientación o actitudes de los personajes, tienen en común una cosa: el romance entre los protagonistas no termina en una nota feliz.
"¿Por qué esos gustos?", quizás se estén preguntando.
Bueno, aquí les va la razón más importante y básica: un final así abre las puertas a un sinfín de posibilidades para la imaginación, ya que así se dan infinidades de respuestas al famoso "¿Y si...?".
La verdad es que esta me resulta una práctica bastante divertida y un excelente ejercicio para mi imaginación de escritora aficionada.
Quizás el ejemplo más representativo de este tipo de historias sea Romeo y Julieta, la famosa tragedia de William Shakespeare.
Ambos son hijos de los enemigos Montesco y de los Capuleto, respectivamente, y tras un baile de máscaras en la casa de este último, se conocen, se enamoran locamente, se casan, y tras una serie de eventos desafortunados, se terminan suicidando para estar juntos eternamente.
Ahora, para mí esta historia es más que una fuente de lágrimas y pena por los chiquillos: es también una oportunidad para ponerme a idear finales alternativos de todo tipo, ya sean felices o incluso más trágicos (difícil, pero no imposible).
En mi mente, Romeo sigue sin saber nada del plan de Julieta con Fray Lorenzo, pero espera un minuto más hasta que ella despierta de su sueño de muerte.
Cuando esto sucede, ambos huyen no a Mantua, sino a Inglaterra, y no se vuelve a saber de ellos en Verona, pues asumen otras identidades.
O quizás los Montesco y los Capuleto descubren a los amantes mientras se preparan para huir, pero las circunstancias hacen que los acepten y puedan continuar con su matrimonio de forma normal.
Y así, otros finales alternativos pueden salir de mi mente.
Un ejemplo más actual puede ser Bajo la Misma Estrella: esa historia de amor de dos adolescentes con cáncer cuya adaptación al cine también me hizo llorar las cinco veces que la vi, al punto de gastar media caja de kleenex en cada ocasión.
Con esta historia es difícil imaginarse un modo de salvar de la muerte a algún personaje, porque estamos hablando de esa horrible enfermedad que es el cáncer.
Aún así, me imaginé que de repente Gus se salvaba por alguna operación de milagro, y que el y Hazel se quedaban juntos un buen tiempo antes de morir juntos en su cama.
O hasta que ambos se casaban antes de la muerte de Gus, y poco después, Hazel moría.
En fin, podría hablar de otros ejemplos de romance trágico, pero el post jamás terminaría.
Concluiré diciendo que un final trágico tiene, en mi opinión, más posibilidades de ayudar a ejercitar la imaginación, porque permite pensar en qué otros finales se les podría poner, ya sean felices, agridulces o más trágicos, todavía.
¿Qué piensan ustedes? ¿Les gusta este tipo de historias? Cuéntenmelo en los comentarios. ¡Bienvenidos sean todos!
¡Y esto fue todo por el post de hoy!
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Clauu 😘
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